Mientras vea ’65’ no poda dejar de pensar en dos cosas: En lo mucho que hubiera podido ganar la pelicula con un tercer personaje que rompiese la dinámica, y en lo mucho que como cineasta, persona y sobre todo padre debi aportar John Krasinski a ‘Un lugar tranquilo’. ’65’ probablemente funcione sobre el papel, pero sobre la pantalla no tanto. Scott Beck y Bryan Woods son ante todo guionistas, y ante todo lo que quieren es entretener.
Y lo consiguen: ’65’ es una película muy entretenida, sobradamente. Pero le falta «ese algo» necesario para desplegar y concretar la teora en un hecho contundente y memorable. Y para convertir un concepto en una película que además de distraer, también resulte emocionante. La causa es noble, sus intenciones honestas y el resultado digno: ’65’ va de cara y al grano en menos de 90 minutos. Es lo que se dice, puro entretenimiento.
Y es suficiente, aunque no ms que suficiente. Su patrón está tan definido que al igual que está a la orden del día con ‘After Earth’, le falta algún elemento realmente desestabilizador que aporte incertidumbre; por ejemplo, un tercer personaje. Y es que la película es tan clara como al mismo tiempo evidente, tan noble como excesivamente servicial. Tan humilde y poco ambiciosa como en resumen, a la postre, demasiado funcional e impersonal.
Es… una película condenada a la extinción. Es… ‘Un lugar tranquilo’ sin el alma, corazón y encanto que probablemente les puso John Krasinski. ’65’ es una pelicula entretenida y bien hecha que cumple y funciona en las distancias cortas con llaneza primaria. Una efectiva serie B que sin embargo ni quiere ni es capaz de trascender de la idea que la sostiene, siendo que a pesar de sus buenas intenciones quien la acaba de sostener es Adam Driver.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex