MADRID, 14 Oct. (CHANCE) –
«No estoy sosteniendo ninguna situación ni alargando el chicle. Si no me voy de mi casa es porque no tengo dónde ir, mi casa está a 700 kilómetros. El trato es cordial y vivimos por y para el niño. Es el hogar de mi hijo y el mío y si hubiera una situación diferente la primera que se iría sería yo. No tengáis prisa. ¿Quién es nadie para sacarme de mi casa? No me tiene que poner nadie las maletas en la puerta», respondía el miércoles Ana…