Un mercenario con asistencia sobrenatural: PETER HOSKIN repasa Fire Emblem Warriors – Three Hopes
Fire Emblem Warriors: Tres esperanzas (Cambiar, £ 49.99)
Veredicto: Sigue siendo Fire Emblem, sigue siendo bueno
Petróleo, encuentra agua. Agua, encuentra aceite. Por un lado, un género de juego conocido como ‘musou’, que está lleno de acción rápida y te hace aplastar a cientos de enemigos con cada movimiento de tu espada.
Por otro lado, la serie Fire Emblem, que presenta combates lentos y estratégicos y conversaciones igualmente lentas con todos tus hermanos y hermanas de armas.
Fire Emblem Warriors: Three Hopes no es solo un nombre largo; también es un juego Fire Emblem musou, el segundo desde el experimento original en 2017. Y lo loco es que toma estos ingredientes aparentemente inmiscibles, les da un buen revuelo y crea algo completamente coherente.
Fire Emblem Warriors: Three Hopes no es solo un nombre largo; también es un juego musou de Fire Emblem, el segundo desde el experimento original en 2017
Ayuda que Three Hopes tome prestada la mayor parte de su historia y personajes de uno de los juegos de Fire Emblem más agradables de la línea principal, llamado, sigan, Three Houses. Aquí estás, un mercenario con asistencia sobrenatural, regresado al reino del anime medieval de Fódlan y sus territorios que suenan extravagantes de Faerghus, Adrestia y, er… Leicester.
Y eso no es todo lo que importa Three Hopes. Su combate de hipervelocidad puede, por ejemplo, pausarse para que puedas dirigir a tus amigos hacia diferentes objetivos en un mapa superior. Entonces, si bien hay menos movimiento de barbilla de lo que normalmente esperarías de un juego de Fire Emblem, todavía hay una babosa decente de la estrategia.
¿Qué hay de ese combate de musou con espadas arremolinadas? Nunca me ha gustado mucho (ni me ha dado bien), prefiero un ritmo un poco más glacial. Pero lo que se ofrece en Three Hopes es variado, colorido y (crucialmente) lo suficientemente accesible como para convencer incluso a los escépticos como yo.
Si tan solo hubiera otro reino llamado, digamos, ‘Sheffield’, o ‘Coventry’, o algo así, este sería un juego de cinco estrellas.
Aquí estás, un mercenario con asistencia sobrenatural, regresado al reino del anime medieval de Fódlan y sus territorios que suenan extravagantes de Faerghus, Adrestia y, er… Leicester
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