Caldo de cultivo para estrellas de cine y otras musas inspiradoras, el Festival de Cannes abre un mundo de posibilidades en materia de moda. Testigo de todo tipo de excentricidades sartoriales, la «montée des marches» puede convertirse en un foco fabuloso, especialmente para las modelos.
Bella Hadid es ya una habitual del Festival de Cine de Cannes. No duda en desafiar las leyes de la alfombra roja con estilismos atrevidos: ¿recuerdas su vestido Schiaparelli con un revelador collar de joyas de latón dorado en forma de pulmones? ¿O su incandescente vestido rojo con aberturas de Alexandre Vauthier en 2016?
La estrella estadounidense llegó a Cannes el fin de semana y, tras una breve estancia en el hotel Cap-Eden-Roc de Antibes, donde lució un bikini rosa escotado, Hadid hizo su gran regreso a la Croisette este año. Mientras se dirigía a su hotel, los fotógrafos presentes no dudaron en apuntar con sus cámaras a la modelo. Parecía más sexy que nunca con un vestido corto de Alaïa, que combinó con una gran cantidad de pulseras y aretes dorados.
Y Hadid no está en Cannes por casualidad. Fue vista en el estreno de la película de Ali Abbasi. El aprendiz, que rastrea el ascenso al poder del joven Donald Trump. Para la ocasión, la modelo lució un vestido corto diseñado para Saint Laurent por Anthony Vaccarello que jugaba la carta de la transparencia del desfile otoño/invierno 2024. Su rutina de belleza era minimalista y elegante, con inflexiones retro que la elevaron al estatus de pin-up moderna.