MADRID, 25 Dic. (CHANCE) –
Carolina Molas fue la anfitriona perfecta en Nochebuena. Hasta su domicilio se desplazaron sus hijos, Alejandra y Jaime; su madre; y no sabemos si también Íñigo Onieva y Tamara Falcó… porque ni rastro de los dos tortolitos.
Discreta, pero con una sonrisa en su rostro, la primera en llegar era Alejandra, que felicitaba a la prensa la Navidad y esperaba a que le abriesen la puerta. Después fue la abuela y por último Jaime Onieva.