Nadie imaginaría que el suéter de Harry Styles -que parecía tejido por la mamá de los Wesley, la de Harry Potter- se convertiría en un hito de la moda imperecedero. De ser la obsesión en redes sociales y convertirse en reto, como dijo la revista Elle, pasó a ser referencia de moda mundial. Este suéter hizo, en su momento, que la industria de la moda volteara a mirar el crochet como una alternativa diferente y fresca.
Ha pasado un año desde aquel entonces y en lugar de adormecerse, esta tendencia se ha multiplicado, refinado y convertido en un deber para los amantes del estilo. Se trata de la reinvención de una de las técnicas de elaboración de prendas de vestir más antiguas de la historia de la moda: el crochet.
Según algunos investigadores, el crochet llegó a Europa en el siglo XVI, proveniente de América del Sur; otros encuentran evidencias de su existencia en el Lejano Oriente, y hoy en día es protagonista tanto en medios de moda como deportivos.
Nada más y nada menos que Tom Daley, el clavadista británico y ahora campeón olímpico e icono de la comunidad LGBTQ ha demostrado su pasión por esta técnica al punto de hacerse absolutamente viral con su propia cuenta de Instagram dedicada al tema. ¿Y cómo no? Luce encantador tejiendo con sus agujas y sus creaciones son sencillamente inspiradoras.
De hecho, aunque asistió a sus primeros Juegos Olímpicos en 2008, con 14 años de edad y cuenta con una importante trayectoria como clavadista, su historia ha salido a relucir en los últimos días cuando se le vio tejiendo entre competencias de lo más concentrado, levantando la mirada de vez en cuando para apreciar la final femenina de clavados tres metros.
Tal como relata él mismo desde su cuenta, no que su fabulosa medalla de oro, obtenida tras su participación en la plataforma de 10 metros sincronizado, se rayara de ninguna manera por lo cual le tejió una preciosa funda con la bandera británica de un lado y la japonesa del otro, recibiendo más de dos millones de reproducciones. En esta misma cuenta podemos apreciar una amplia variedad de piezas de vestir, como un suéter dedicado a su participación en los Juegos Olímpicos; cárdigans de colores; y hasta una funda preciosa para el sofá de su gato.
La inspiración no tiene límites. De hecho una artesana mexicana le rindió tributo con un pequeño muñeco en crochet que llegó a del deportista, y este se mostró tan fascinado que lo compartió en sus historias con las palabras “Lo amo”. Y es que ahora es que hay crochet para rato porque es una tendencia que ha sabido cómo hacerse notar a lo largo del tiempo.
Cómo sumarse a esta tendencia
No se trata solo de inspiración casera, ni de desempolvar las agujas de ganchillo de la abuela. No. Grandes marcas están decididas a hacerse con trozo de esta apetitosa torta que apenas comienza a devorarse el mercado.
Una de las exponentes más destacadas de la actualidad es Ella Emhoff, modelo, artista, diseñadora e hijastra de la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, quien estudió en la prestigiosa escuela de diseño Parsons y se ha dedicado a desarrollar una colección de piezas tejidas.
“Ella es un ejemplo fiel de la generación Z, es creativa, tiene personalidad, y su propuesta está llena de significado orientado a los centenarios. Ese aire artesanal, la manufactura por encargo y una estética afín al discurso de esta generación: todo muy sostenible, y referencias de la cultura rave son características de lo que está planteando la moda desde el aspecto estético ”, afirma Gianfranco Berardinelli, editor de moda, quien agrega que firmas como Balenciaga nos dan luces acerca de estas tendencias que atraen a los nuevos consumidores.
Por otra parte, de cara a los nuevos objetivos de la industria de la moda y lo que esta representa; darle una segunda vida a prendas vintage en crochet es un acierto, y quizás esto ha influido en el resurgimiento como tendencia. Además las grandes marcas como H&M o Mango han incorporado prendas de crochet en su valores dándonos también ideas contundentes acerca de qué tipo de piezas deberíamos tener en cuenta para sumarnos a la tendencia.
En primer lugar, un cárdigan; luego piezas para combinar como un vestido, que puedas usar con una chaqueta de jean, o alternando botas y sandalias; un top, que puedas combinar con jeans o pantalones de tela, y un short, combinable con camisetas o blusas delicadas. No es necesario forrarse de crochet, sino tener piezas clave que nos permitirán versatilidad al combinar.
Para los hombres, o quienes buscan una estética masculina, también funcionan los cárdigans coloridos o no y los chalecos o jerseys, y sumar accesorios interesantes. Además, es básico tener como principio que la comodidad y marcar diferencia son aspectos fundamentales, de manera que combinar colores con audacia, así como diferentes texturas serán determinantes para lograr un look relajado pero interesante.
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