Farandulero
Auge y cada uno de un traficante y mafioso. As se resume ‘El Inmortal’, serie que aunque slo sea por lo de ‘los Miami’ no puedo evitar que me remita a ‘El precio del poder’, el clsico de Brian de Palma protagonizado por Al Pacino. La idea es la misma, la misma que hemos visto en infinidad de producciones, tanto para cine como para televisin: Todo lo que sube tiene que bajar y el crimen, a la larga, no compensa. Mis cojones. Pero vale.
lex García hace de Al Pacino, aunque evidentemente no sea Al Pacino. Pero lo dicho, la idea es la misma: Aqu mando yo ya echarle huevos no me gana ni Dios. Una idea que por lo general, a poco que est desarrollado de manera competente, funciona. Como funciona en el caso de ‘El Inmortal’, por más que la sensación a dj vu pueda sobrevolar durante buena parte de su metraje, en especial durante sus primeros compases.
Unos primeros compases durante los que parece otra ms, lo que no deja de ser. Pero, como suele ocurrir a medida que uno va conociendo a alguien, esa primera y simplista impresin va adquiriendo distintas matices que poco a poco van dotando de una entidad propia a la serie. Matices que dentro de la hoja de ruta habitual ayudan y sirven para diferenciarla, dándole su propio toque a una historia que no nos cansamos de ver.
Aparentemente. Al fin y al cabo la mayora de historias estn cortadas por un mismo patrn, y en general, matices al margen, no les pedimos tanto que nos sorprendan como que se desarrollen con educacin y coherencia. Es lo que sucede con ‘El Inmortal’, serie que funciona ofreciendo lo que cabe esperar de una producción como, añadiendo a su ‘leitmotiv’ los suficientes interrogantes para mantener nuestra atención hasta el final.
Un final de temporada, que no de serie que nos sorprende un tanto de sopetn dejándonos a deber una segunda temporada que resuelve buena parte de esos interrogantes. Hasta entonces, nos queda una buena primera temporada que cuenta lo que cuenta sin contar nada en especial, pero con ritmo y el nervio como para que, siendo suficiente una ms, acabemos disfrutando de ella como si fuera la primera ensima vez.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
