Sus temores empeoraron cuando el avión descendió repentinamente e hizo un giro brusco. La fuerza, dijo William, fue tan fuerte que todos los pasajeros gritaron.
“Esa fue la primera vez que sentí que me iba a ir”, dijo con una mirada de angustia, y agregó que el avión pronto se quedó en silencio y el ambiente era grave.
Afortunadamente, la aeronave se estabilizó y regresó al aeropuerto de París.
Sin embargo, la pesadilla no había terminado. William dijo que miró por la ventana y se sorprendió al ver la gran cantidad de camiones de bomberos en la pista.
“Ese tipo de pánico, es como si estuvieras en cuarentena, pero no sabes lo que pasó”, reflexionó.