Eran poco más de las siete de la mañana del miércoles cuando Fayna Bethencourt se enteraba de la detención de Carlos Navarro. Al otro lado del teléfono su voz se quebraba de felicidad. Por fin su pesadilla había terminado para siempre.
«Estoy muy feliz. Es una supernoticia, pero la verdad es que tengo que asimilarlo porque estoy sin dormir y no puedo pensar bien»,…