La nueva visión del director Robert Eggers Nosferatu está en los cines, pero no es el primero en volver a visitar al vampiro titular. La película actual es una nueva versión de la película muda homónima de 1922 del director alemán FW Murnau, que se inspiró en la clásica novela de terror de 1897 de Bram Stoker. Dráculapero no tenía los derechos del libro y alteró detalles clave. La película ganó popularidad en la década de 1960 después de que circularan las copias y el cineasta alemán Werner Herzog se propuso hacer su propia reinterpretación: Nosferatu el vampiro.
Tras el lanzamiento en 1972 de su epopeya histórica Aguirre, la ira de DiosHerzog volvió a formar equipo con el protagonista Klaus Kinski en la segunda de sus cinco colaboraciones cinematográficas. La versión de Herzog se centra en Jonathan Harker (Bruno Ganz) que se aventura en el castillo del Conde Drácula (Kinski), quien se interesa por la esposa de Harker, Lucy (Isabelle Adjani). Dado que la novela de Stoker había entrado en el dominio público en ese momento, Herzog cambió el nombre del personaje principal a Drácula del Conde Orlok de la primera película, a quien el actor Max Schreck le había dado vida. Kinski pasó cuatro horas al día en la silla de maquillaje para replicar el aspecto de Schreck, incluida una cabeza calva, colmillos como de rata y uñas largas. Nosferatu el vampiro Se filmó principalmente en Delft, Países Bajos, pero con una excepción fue una escena con 11.000 ratas vivas, que se filmó en la cercana Schiedam después de que las autoridades de Delft se opusieran. Herzog filmó tanto en inglés como en alemán con el mismo elenco; el director ha calificado su alemán de “más auténtico”.
La película se estrenó en el Festival de Cine de Berlín de 1979, donde ganó el Oso de Plata por el diseño de producción de Henning von Gierke. 20th Century Fox lanzó la versión en alemán con subtítulos el 1 de octubre de 1979. Cuarenta y cinco años después, la nueva versión de Eggers de Nosferatu le da a la estrella Bill Skarsgard una apariencia actualizada para el Conde Orlok, optando por un mechón de cabello y un bigote. Para su película, Herzog ha dicho que quería honrar las raíces cinematográficas de su país: «Para mí, fue como salvar un vacío, una gran brecha para reconectarme con el gran cine de los años 1920».
Esta historia apareció por primera vez en una edición independiente de enero de la revista The Hollywood Reporter. Para recibir la revista, haga clic aquí para suscribirse.