Los últimos años definitivamente se han vuelto bastante difíciles para Isabel II. El gran escándalo del príncipe Andrés, Megzit, la devastadora entrevista de Oprah Winfrey y más tarde la muerte de su esposo, el príncipe Felipe, afectaron enormemente a Su Majestad. Y ella pudo pasar por estas pruebas gracias a sus familiares, quienes trataron de apoyarla con todas sus fuerzas.
El pasado domingo, en un espectáculo ecuestre en Windsor, los familiares de la Reina intentaron una vez más demostrarle su cariño y aprecio por todo lo que había hecho por ellos. La nieta de Isabel II, Lady Louise, hija del príncipe Eduardo y su esposa Sofía, encabezó la procesión a caballo, dedicada al príncipe Felipe.
La joven de 18 años, como muchos de sus familiares, es aficionada a los deportes ecuestres desde pequeña. Y ella tuvo un honor especial: conducir un carruaje que una vez perteneció al mismo Príncipe Felipe. Al ver el familiar carruaje conducido por su nieta, Isabel II apenas pudo contener las lágrimas. Parecía que estaba a punto de estallar en lágrimas.
Por cierto, conducir un carruaje era uno de los pasatiempos favoritos del príncipe Felipe. Ha participado en carreras de carruajes no solo en el Reino Unido sino también en el extranjero. E incluso representó a su país en los Campeonatos del Mundo y de Europa. Lady Louise también logró un éxito bastante impresionante en este campo. Se cree que heredó su amor por los carruajes del príncipe Felipe.
Según The Sunday Times, se espera que diez nietos de su majestad, incluidos el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis, viajen en el carruaje tirado por caballos en el espectáculo del domingo.
The Sunday Times informó anteriormente que se vería a Lady Lewis conduciendo un automóvil y ponis donados por el difunto duque de Edimburgo, rindiendo homenaje a su abuelo, quien influyó en su pasión por el deporte.