Se han realizado cambios para prevenir futuros accidentes.
El 2 de enero de 2025 se cumple un año de una colisión fatal que mató a casi todos los pasajeros a bordo de un avión en el aeropuerto Haneda de Tokio.
El 2 de enero de 2024, chocaron un Airbus A350-900, que operaba el vuelo 516 de Japan Airlines (JAL516), y un De Havilland Canada Dash 8-Q300 operado por la Guardia Costera de Japón (JA722A). Mientras aterrizaba el JAL516, el avión chocó con el JA722A, provocando que ambos aviones estallaran en llamas. Las 379 personas a bordo del JAL516 sobrevivieron al accidente, pero no se puede decir lo mismo del avión de la Guardia Costera. Sólo uno de sus seis tripulantes, el capitán, sobrevivió.
Una investigación del gobierno japonés determinó que el avión de la Guardia Costera había entrado por error en la misma pista que el vuelo 516 de Japan Airlines para despegar después de que tenía previsto volar a Niigata para entregar suministros de socorro a las personas afectadas por un terremoto en Ishikawa y sus alrededores. .
Tras el accidente, el Junta de Seguridad del Transporte de Japón Declaró que el controlador de tránsito del aeropuerto estaba concentrado en monitorear el JAL516, el cual se esperaba que aterrizara en la misma pista en la que ingresó por error el JA722A.
El accidente provocó que todas las pistas del aeropuerto de Haneda se cerraran temporalmente durante las ajetreadas vacaciones de Año Nuevo, y muchos vuelos fueron desviados al aeropuerto de Narita, al aeropuerto internacional Chubu Centrair y al aeropuerto internacional de Kansai. En respuesta a la tragedia, el gobierno de Japón Ministerio de Tierra, Infraestructura, Transporte y Turismo instaló un nuevo puesto de controlador aéreo para el seguimiento constante de las aeronaves en el aeropuerto. En varios aeropuertos japoneses también se introdujeron colores más brillantes para las líneas de parada antes de las entradas a las pistas. Además, al control de tráfico aéreo ya no se le permite usar la frase “número uno”, ya que los resultados de la investigación determinaron que esta frase llevó al piloto de la Guardia Costera a creer que se le había dado permiso para ingresar a la pista.