Farandulero
Escoger un director tan blandito como Michael Showalter por lo general, conlleva la realización de una película tan blandita como lo es ‘Los ojos de Tammy Faye’. Al director de ‘La gran enfermedad del amor’ a priori le falta la enjundia, prominencia o personalidad necesaria para ponerse a la altura de dos intérpretes como Jessica Chastain y Andrew Garfield, o para estar a la altura de una historia, tan potente como interesante la de Tammy Faye Bakker (y su ex marido).
‘Los ojos de Tammy Faye’ es, lo dicho, una pelcula blandita que se deja ver con la misma facilidad que se olvida entre tantas otras historias reales. Que se deja ver por el saber estar de sus dos protagonistas o la fuerza inherente a la propia historia, ms no lo como para que aunque estemos mayormente suficientemente distrados, nunca dejemos de pensar en los excesos del departamento de maquillaje. Excesos que reflejan la falta de locura de una pelicula recatada y metida en cintura.
O lo que comnmente se llama una produccin correcta con un miedo exquisito a salirse de madre oa perder el control. A desmelenarse. A cobrar vida. Un ofender oa molestar. A salirse de los cauces de un molde para el consumo al por mayor, adecuada y oportunamente condescendiente para conseguir mismo (y todos los dems). Una película casi que lo menos concebida como cohete propulsor desechable para que su protagonista exculpe sus pecados o se lleve una nominación al Oscar.
Y a mirar a otro lado.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
