Era febrero de 2008, Amy Winehouse vivía el mejor momento de su carrera musical, pero sus constantes escándalos personales, relacionados con su adicción a las drogas y el alcohol trajeron a su vida una triste consecuencia, el gobierno de Estados Unidos le negó la visa para poder visitar el país y participar en la ceremonia del premio Grammy.
La que sería la gran noche de su vida, la tuvo que seguir desde Londres en una transmisión vía satélite. La cantante de 24 años fue reconocida…