Luchar, huir y congelarse son respuestas de supervivencia activadas por nuestro sistema nervioso en situaciones amenazantes o estresantes. Cuando se desencadenan estas respuestas, los niveles de cortisol aumentan, lo que hace que el cuerpo aumente su frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria y presión arterial, aumente el suministro de sangre a los músculos y mejore los sistemas de alerta internos. Es similar a una sensación de pánico.
Si bien técnicamente es un instinto de supervivencia, este modo de respuesta de “lucha o huida” también puede ocurrir en escenarios que en realidad no ponen en peligro la vida, como estar atrapado en el tráfico o estresado en el trabajo. Eso es normal. pero que no es es que esos sentimientos negativos permanezcan a largo plazo, ya que esto puede causar niveles crónicamente elevados de cortisol y potencialmente afectar la salud física y mental. (Es posible que haya oído hablar de la “cara de cortisol”, por ejemplo).
“Necesitamos niveles altos de cortisol en situaciones estresantes o peligrosas, pero esos niveles deberían volver a la normalidad una vez que la situación haya pasado”, afirma Dra. Pilar García Durrutiaespecialista en endocrinología del Hospital Universitario HM Montepríncipe y miembro del Grupo Top Doctors. «Sin embargo, si hay una situación recurrente que produce cortisol continuamente, como si una persona sufre estrés constante, esto podría provocar niveles elevados ‘crónicos’ de cortisol, que pueden tener consecuencias terribles para la salud».
¿Qué es el cortisol?
El cortisol es una hormona producida por nuestras glándulas suprarrenales, explica el Dr. Durrutia. “Sus niveles alcanzan su máximo entre las 7 y las 8 de la mañana y su mínimo a las 23, marcando un ritmo circadiano”.
Según el Dr. Durrutia, el cortisol se encarga de desencadenar diferentes respuestas metabólicas y funcionales para afrontar situaciones estresantes, aumentando tanto las reservas de energía en forma de grasas como los niveles de glucosa en sangre para que los tejidos puedan disponer de energía rápidamente. También activa el sistema nervioso para aumentar el estado de alerta y dificultar el sueño.
¿Cómo afecta el cortisol alto a la salud?
Los niveles constantemente altos de cortisol pueden causar hipertensión, hiperglucemia, insomnio, nerviosismo y aumento de grasa corporal, lo que puede conducir a un aumento del riesgo cardiovascular, dice el Dr. Durruti.
¿En cuanto a cómo los niveles altos de cortisol pueden afectar la salud mental? “Uno de los signos más comunes es la alteración del sueño y la fatiga persistente, que desequilibra el ritmo natural del cuerpo”, afirma Durruti. “Además, la ansiedad y el estado de alerta constante se vuelven parte de la vida cotidiana, ya que el cortisol elevado mantiene al cerebro en un ‘modo de alarma’, lo que drena nuestra energía mental. Esto va acompañado de dificultad para concentrarse y problemas de memoria, debido al impacto del cortisol en el hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje”.
Otros síntomas potenciales incluyen problemas digestivos como acidez de estómago e inflamación, ya que esta hormona desvía la energía de funciones no esenciales, afectando el sistema digestivo, dice Aleix Cortés, psicólogo y director de Psicoterapia Kafka.
Signos de niveles altos de cortisol
¿Se pregunta si tiene niveles altos de cortisol? Aquí hay ocho síntomas potenciales según Luis Guillén Plaza, psicólogo de Centro de Psicología Psicopartner.