A sus diecisiete años, y mientras estudiaba secundaria, Juncal Rivero daba clases de ballet, practicaba gimnasia rítmica y escribía poesía. Esto último, además, lo hacía muy bien: fue reconocida como joven promesa de la poesía castellana.
Pero en octubre de 1984, con la mayoría de edad prácticamente recién cumplida, su vida dio un giro de ciento ochenta…