Revisión de Wonder Boy: cuando las palabras se interponen en el camino, es hora de convocar a un superhéroe muy especial…
Veredicto: Algún tipo de maravilloso
No hay premios por adivinar que un programa titulado Wonder Boy sería caricaturesco. La verdadera maravilla de la obra de Ross Willis (que se presentó en Bristol Old Vic a principios de este año y ahora, gracias a un acuerdo con Digital Theatre, está disponible como transmisión digital) es que sus métodos son increíblemente exagerados, pero su mensaje es de alguna manera plausible.
Lo que suena cierto es el carácter de Sonny, de 12 años, y el alcance y la infernalidad de su tartamudeo. Cuando la directora Miss Fish (Jenny Fitzpatrick), panto-villana y obsesionada con los gatos, le pregunta su nombre, comienza con el sonido de una ‘s’ y minutos después no tiene más. En la producción profundamente conmovedora, de colores brillantes y poderosamente visualizada de Sally Cookson, el soberbio Sonny de Raphel Famotibe está enterrado debajo de un montón de enormes letras en forma de S, misericordiosamente hechas de espuma para que no puedan lastimarlo. A diferencia de su tartamudeo paralizante.
Reseña: Raphel Famotibe (Sonny), Ramesh Mayyappan (Capitán Chatter) en Wonder Boy
Sonny se retira a su cuaderno de bocetos, creando al Capitán Chatter, quien se comunica sin esfuerzo a través de subtítulos al estilo de Roy Lichtenstein, ‘POW’, ‘KAPOW’, que parpadean en la pantalla trasera.
Interpretado por Ramesh Meyyappan, un actor silencioso y superfluido, como un héroe de ciencia ficción a la antigua, es el compañero constante de Sonny. Hasta que los niños malos de la escuela roban el cuaderno de dibujo de Sonny.
Sin palabras, un Sonny destrozado arranca sus propias cuerdas vocales y las estampa. Estas instrucciones escénicas crudas: ‘Sonny arranca sus cuerdas vocales’, están escritas a máquina, al igual que todo el diálogo, incluyendo cada letra repetida sin cesar de cada sílaba esquiva. Pensé que el resto sería silencio.
Carácter: lo que suena cierto es el carácter de Sonny, de 12 años (en la foto), y el alcance y la infernalidad de su tartamudeo.
En ayuda de Sonny viene la chica mala de las tiras cómicas Roshi (la hilarante Juliet Agnes) que se jacta de que ‘el ketchup me define’ y cuyo resumen de Hamlet (‘la versión tonta de El Rey León’) es un puntazo.
Mucho más significativa es otra creación escandalosamente escatológica, malhablada y súper palabrota, la señorita Wainwright, una tartamuda en recuperación. Ella, milagrosamente persuasiva gracias a Amanda Lawrence, es la figura de fantasía que todos los niños desean que sean sus maestros. Ella ayuda a Sonny a ‘deslizarse en una palabra’ y, al final, a encontrar expresión para el terrible trauma que lo silenció.
Maravilloso teatro.
Mucho más significativa es otra creación escandalosamente escatológica, malhablada y súper palabrota, Miss Wainwright (en la foto, Amanda Lawrence), una tartamuda en recuperación.
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