Usar medias de colores, concretamente azules, en el siglo XVIII significaba que eras una mujer intelectual y culta. La idea surge de la Blue Stockings Society, un círculo literario inglés donde las mujeres se reunían para hablar sobre libros y discutir asuntos actuales y extranjeros, de la misma manera que lo hacían los hombres todas las noches en los clubes con una copa de ginebra y una caja de puros.
Al solicitar asistir a las reuniones de mujeres, un escritor sin dinero preguntó si podía presentarse con ropa raída, la única que tenía. El fundador accedió a la petición con las palabras: “Ven como quieras. Adelante, ponte tus medias azules”. La invitación a usar medias azules (que hace referencia a un material de mala calidad) se convirtió en sinónimo del deseo de no centrarse tanto en el apogeo de la moda de las participantes como en el apogeo de la conversación.
Desde entonces, las medias azules han aparecido en algunas de las fotografías más emblemáticas. Se han visto, por ejemplo, en las piernas de Dua Lipa en la portada de su nuevo sencillo “Houdini”, lanzado tras un largo paréntesis, y en Kylie Jenner para el primer lanzamiento de su marca Khy. En ambos casos son una forma de autolegitimarse y afirmar su identidad.
Hace apenas unas horas, Sarah Jessica Parker confirmó su regreso. La actriz que interpreta a Carrie Bradshaw en la pantalla chica optó por lucir un par que combinaba perfectamente con su suéter; Rompió el azul con una caprichosa falda de tartán y zapatos de tacón rosa pastel. Este fue el sello de aprobación del SJP que esperábamos. Incluso Prada, para la primavera-verano de 2025, y Miu Miu, para el otoño-invierno 2024-2025, ya habían predicho la tendencia.
En 2023, aturdido La revista escribió que gracias a marcas como Miu Miu, la estética de la chica “perdedora” estaba regresando: genial estilo bibliotecario Las gafas redondas, el pelo despeinado, los aparatos ortopédicos y las piernas no desnudas son ahora aspiraciones. Es una reversión de todas esas películas con las que crecimos, que empezaban con una chica tonta, mal vestida, con una pasión desenfrenada por la literatura y sin amigos, que luego sufrió una transformación, empezando por su armario, que pronto le valió amigos y secretos. admiradores. (El ejemplo más perfecto proviene de El diario de la princesa (de 2005, en la que Anne Hathaway interpretaba el papel de perdedora, con el pelo encrespado y gafas). Es un cambio refrescante que el color de las medias al que aspiraremos en un futuro próximo sea el azul claro, del significante intrínsecamente ligado a las muchachas inglesas de la década de 1750 que hablaban de libros en sus salones literarios.