Farandulero
‘Sin huellas’ es una serie que da lo que promete, y que convencerá a quien se quiera dejar convencer por ella, cosa que por otro lado resulta tan tentador como fácil y cómodo. Sumamente fácil y cómodo: ‘Sin huellas’ es una serie muy entretenida y simpática donde en todo momento, a lo largo y ancho de sus ocho episodios de unos 40/45 minutos, están pasando cosas.
El movimiento es lo importante, lo importante es el movimiento. Así de sencillo y práctico. Y así de contagioso aunque por supuesto, por descontado, de vez en cuando haya que pasar por algo según qué cosas. «Cosas» que delatan su condición de pasatiempo oportunamente forzado en favor de lo chistoso y animoso. No dejes que la realidad te estropeé una buena ficción.
Que es lo que es, sin disimulo ya mucha honra: Una serie para pasar un (buen) rato (muy) distraído. Sin complicaciones ni grandes exigencias. Baste dejarse llevar por la complicidad de Carolina Yuste y Camila Sodi, pareja que sostiene sobradamente el protagonismo con estoica empatía. ¿Se puede pedir más? Probablemente. ¿Se puede estar más entretenido? probablemente… no.
