Ms de lo mismo pero a la vez diferente ya ser posible, tambin fresco y novedoso. Ese es el reto al que se enfrenta siempre una serie de antología como ‘The Afterparty’ en una segunda temporada que a los puntos, con dos episodios (y uno de) más, resulta tan disfrutable como la primera, aunque le cueste más entrar en calorías O a nosotros cogerle el punto a la dinmica y los personajes de esta «secuela» que sobre los mismos simpticos ideales desarrollan un juego… distinto.
La palabra clave vuelve a ser disfrutar. Y una pierna suelta. Y quien vio la primera temporada (a la que hay unos cuantos guios) ya sabe de qu se trata: Un asesinato, y un episodio para que cada sospechoso tenga su momento de gloria y cuente su historia, cada uno a su manera. Lo que viene a ser un «whodunit» desenfadado y resuelto, en esta ocasión en el marco de una boda a la que el novio no ha sobrevivido. Quin fue, por qu lo hizo, cmo lo hizo… ya sabis como va.
Y ya sabis para qu: El pleno disfrute de un público más pronto que tarde, entregado a la causa de manera activa o pasiva. Porque de nuevo es una bola de nieve rodando ladera abajo que engancha, y mucho con cada nuevo captulo, punto de vista y revelacin. Aunque con un in crescendo más marcado que el de una primera temporada más compacta y menos discontinua, en una segunda que expande, exprime y rebaa el molde sin llegar a (intentar) romperlo.
Una segunda entrega en apariencia más andar por casa ya simple vista ordinaria, con Chris Miller en esta ocasión dedicada a monitorearla desde la barrera. La impresin de algo menos personal y trabaj a medida que se despliega la historia se torna en positiva, por cuanto al margen de que haya captulos ms o menos estimulantes, sigue tratndose del conjunto: De como todos sus elementos se solapan y reman generosa y desinteresadamente un favor de la corriente.
Miller ha dado un paso atrás y la serie a un lado, en un nuevo divertimento algo más templado que el primero que gusta más o menos en función de nuestra afinidad con el contexto y los personajes. Y si bien ‘The Afterparty’, también a la segunda intenta hacer demasiadas cosas a la vez y no todo le sale igual de bien, su jovialidad y aciertos acaban pesando mucho más; en gran parte por una narrativa mutable que llega el caso puede ser y aguantar casi (de) todo.
Sus aciertos y su mutabilidad, y tambin su espritu ldico, su atemperado sentido del humor, sus personajes distintivos o el desarrollo de un misterio que como buen «whodunit» mantiene hasta el final la incertidumbre sobre quin, por qu y cmo. Se aceptan apuestas, siendo la especulación semanal uno de los alicientes de una serie que a la segunda confirma que a la hora de paselo bien, no hay muerto que por bien no venga. Salvo para el muerto, claro est.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex