Luego de años de éxitos, Tina Turner quiso olvidarse de la fama, pero no del glamour, pues en 1994 se mudó junto con su esposo Erwin Bach al Chateau Algonquin, un castillo de alquiler ubicado en Suiza.
En esta enorme propiedad fue donde pasó sus últimos momentos y luego de una larga lucha contra una enfermedad murió a los 85 años “pacíficamente”, informó su portavoz.
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