Lejos de la suntuosidad y el boato de otras casas reales, cuyo ejemplo más cercano fue la reciente Coronación de Carlos III en la Abadía de Westminster, la proclamación y el juramento como rey de Felipe VI revistió una gran sobriedad.
La ceremonia en el fondo y en las formas respondía plenamente a lo que fue el eje central del discurso del nuevo rey: una monarquía…