Las empleadas domésticas a menudo tienen que renunciar a pasar tiempo con sus propios hijos para criar a los hijos de otros, por lo que siempre es reconfortante ver que reciben el reconocimiento que merecen.
La pareja de influencers malasios Jeff Leong e Inthira Kalanjiam cuentan con más de 1,1 millones de suscriptores en su canal de YouTube. En un video viral publicado hace tres días (22 de septiembre), se vio a la pareja sorprendiendo a sus dos ayudantes con nuevos iPhone 16.
El videoblog de Jeff e Inthira comenzó con ellos recolectando iPhones en una tienda de teléfonos móviles. Inthira dijo: “Nuestros kakaks “Llevo dos años con nosotros. Me ven cambiar de teléfono cada año y me dicen: “Señora, ¿por qué siempre cambia de teléfono cuando sale un nuevo modelo de iPhone?”.
La pareja decidió entonces que querían que sus ayudantes, Sri y Neneng, experimentaran la alegría de recibir un teléfono nuevo.
Jeff e Inthira también contaron con la ayuda de su hija de dos años, Xixi, para preparar la sorpresa.
A Xixi le ordenaron jugar a piedra, papel y tijeras con su kakaksInthira explicó que el ganador obtendría “un premio realmente bueno” mientras que el perdedor un “premio aceptable”.
Neneng perdió ante Xixi, mientras que Sri, que llevaba al hermano pequeño de Xixi, salió victorioso.
A continuación, se les pidió a los ayudantes que cerraran los ojos mientras Xixi les entregaba sus regalos. El ganador, Sri, recibió un iPhone 16 Pro negro, mientras que el “premio aceptable” de Neneng resultó ser un iPhone 16 azul claro.
Ambos ayudantes inmediatamente estallaron en gritos de emoción, con lágrimas de felicidad corriendo por sus caras y Neneng cayendo al suelo en estado de shock.
Muchos de los seguidores de Jeff e Inthira se sintieron conmovidos por el vídeo.
Su compatriota influencer, Changyong, bromeó en los comentarios: “¿Puedo registrarme para ser tu kakak también?”
“Los ayudantes parecían tan felices que no pude evitar sonreír”, escribió un internauta.
No estamos diciendo que tengas que comprarle un iPhone a tu ayudante, pero nunca sabes cuánto puede significar para ellos una simple comida o un “gracias”.