Farandulero
Una película pequeña, humilde y modesta. Una película pequeña, humilde y modesta a la que Lila Neugebauer como directora y Jennifer Lawrence y Brian Tyree Henry como intérpretes ponen en auténtico valor. Desconozco si es el caso, pero ‘Causeway’ es el tipo de película que perfectamente podría escribir un soldado estadounidense que se reincorpora a la vida civil tras volver de un conflicto armado con daño cerebral.
Con cercanía y sencillez, a modo de nota al pie incluido en cualquier relato bélico de postín que sirva para recodarnos algo fundamental que no siempre tenemos presente: Todos somos personas. ‘Causeway’ se crece al no actuar como si fuera una película, no al menos como una de esas dramedias comerciales buenrollistas que tanto asociamos a Fox Searchlight. La persona detrás de un personaje, la historia detrás de un guión.
Fuera de los focos, los grandes titulares o las historias impactantes, Lawrence es solo una persona herida que no sabe qué hacer con su vida. Y como se trata de seguir adelante, pues tira hacia adelante, como todos, como puede. Trabajo, casa, salud, familia, amigos… lo habitual y no tan cotidiano, como bien sabe cualquier adulto con edad para requerir como tal. La vida no es, no obstante, dura, pero tampoco, no obstante, fácil.
No se puede decir que ‘Causeway’ sorprende, pero tampoco que sea lo que pretenda. Con delicadeza y buena letra desarrolla su premisa en menos de 90 minutos, los cuales, apuntalados por dos buenos intérpretes, desprenden verosimilitud cotidiana de principio a fin. Así de sencillo, práctico y eficiente. El noble arte de contar una historia de una forma tan fluida, orgánica y convincente que parece un gesto noble y desinteresado.
La vida no es fácil, que el cine tampoco lo parece.
