Kanye West camina por la pasarela en el fangoso desfile de la Semana de la Moda de París de Balenciaga.
El fundador de Yeezy, de 45 años, lanzó la presentación primavera/verano 2023 de Balenciaga durante el fin de semana durante la semana de la moda de París. Modeló un conjunto totalmente negro, listo para el combate, que incluía una gorra de béisbol y un chaleco utilitario resistente con la marca Security.
La pista real, que tuvo lugar afuera en el Parc des Expositions de la ciudad, estaba cubierta por lo que parecía ser una franja de barro hasta los tobillos.
Según los informes, los cinco hijos de West: North, 9; Santo, 6; chicago, 4; y Psalm, 3, a quien comparte con su exesposa Kim Kardashian, estuvieron presentes para mostrar su apoyo a su padre. Kylie Jenner también estuvo allí. Según Elle, Doja Cat y Alexa Demie, quien protagoniza Euphoria, estuvieron entre las celebridades que asistieron al evento.
Más adelante en la presentación, Bella Hadid y algunas otras modelos aparecieron en el escenario con la cara pintada para que pareciera que habían sido maltratadas y dañadas. El aspecto dramático se estrenó poco después del truco de Hadid para hacer titulares al final del desfile de Coperni. Durante esa actuación, Hadid cerró el espectáculo vistiendo poco más que un diseño pintado con aerosol frente a la audiencia en tiempo real.
Demna Gvasalia, directora creativa de Balenciaga, presentó la colección con el concepto de que la identidad única de uno es un campo de batalla.
Según lo que se lee, parte de su comentario, uno necesita tener la valentía y la determinación para asumir su identidad y convertirse en lo que es genuino. Y cuanto más te esfuerces por ser tú mismo, más te golpearán los demás en la cara… Entonces, después de ser golpeado y empujado hacia abajo, la tarea es levantarte y seguir avanzando hacia tu ser real.
Santiago Sierra, un artista conceptual, conocido por trabajos provocativos que investigan problemas de inequidad socioeconómica, fue el responsable de diseñar el fondo fangoso de la actuación. Una de sus obras más infames, titulada Línea de 160 cm tatuada en 4 personas, se completó en el año 2000. Por esta pieza, pagó a un grupo de prostitutas adictas a la heroína el precio de una dosis de la droga a cambio de permitirle tatúese una línea sobre cada una de sus espaldas.