SuperBlue es un álbum espléndido, musicalmente, que explora el jazz, el funk, el hip hop y el blues con seguridad y creatividad; y líricamente, con textos de Tom Waits y el propio Kurt Elling, fuertemente influenciados por los poetas de la generación beat, creando una interesante mentalidad de paz, amor y tolerancia. En el escenario esta noche está su colaborador en este proyecto, el gran Charlie Hunter en su guitarra híbrida, además de Kenny Banks Jr en los teclados y Marcus Finnie en la batería.
Como siempre, es una multitud repleta, cenando y bebiendo, pero también ansiosa por estar en la sala para la música, como lo revela la entusiasta recepción de la banda. Tocando canciones del álbum SuperBlue, es simplemente una obra maestra de una exhibición en términos de interacción de la banda, maestría musical, atención al detalle, diversión en el escenario y estar en el momento. La capacidad de generar energía y una gran dinámica en la sala se debe a sus capacidades y talentos de primer nivel. Esto también se debe a que el propio Kurt Elling, gracias a su destreza vocal y de dispersión, significa que puede ser un saxo o una trompeta, así como un vocalista, aparentemente a voluntad.
Pero hablemos de su canto: Impresionante en su rango, profundidad, tono perfecto y calidez. En el tema escrito por Carla Bley ‘Endless Lawns’, quizás el tema más íntimo y sensual del álbum, ofrece una de las mejores interpretaciones vocales que he escuchado, francamente. Fue emocionalmente abrumador.
Canciones como ‘The Seed’, la versión de Cody ChesnuTT y The Roots, y las pistas escritas por él mismo ‘Music Panic Epiphanic’ y ‘Circus’ avanzan a pasos agigantados a medida que el escenario en vivo exalta las actuaciones individuales y, en consecuencia, el conjunto. Charlie Hunter y Kenny Banks Jr parecen disfrutar visiblemente empujándose unos a otros para encontrar estructuras de acordes nuevas y únicas y licks para las canciones, mientras que durante una canción, Kurt y Marcus Finnie tienen una improvisación brillante casi en duelo, incitándose entre sí y al público con cada ritmo. y cada bop.
La banda se marcha entre aplausos entusiastas y Hunter y Elling regresan para tocar y cantar un número más de blues, interactuando al unísono y con intención, divirtiéndose y encantando a la multitud.
Después de un set perfecto de 70 minutos, la banda se quedó y se mezcló entre la multitud, charlando y firmando álbumes y autógrafos. Les espera un segundo set, entrada la noche. Un regalo que sigue dando.