Según Amanda, no pudo acostarse de lado ni voltearse durante un mes completo después de la cirugía, y no pudo dormir bien durante ese período.
«El dolor punzante de la herida me recordó que pasé por una prueba muy difícil. Pero sobreviví», dijo Amanda.
También compartió que durante el ultrasonido antes de la cirugía, el médico descubrió que todavía tenía dos tumores en su cuerpo. La noticia la hizo sentir muy desanimada y no pudo evitar preguntarse: «¿Están mis tumores más fuertes que mi fuerza de voluntad?».
En ese momento, su médico le dio dos opciones: inyectarse tres dosis más de Epirubicina antes de la cirugía, o operarse de inmediato.
«¡No estoy exagerando! Fue realmente una encrucijada en la vida, no quería sufrir más, así que decidí seguir adelante con la cirugía después de mucha deliberación».
Afortunadamente, durante su control postoperatorio, su médico la felicitó y dijo que solo le quedaba Carcinoma in situ (células precancerosas en un área limitada) en su cuerpo, lo que significa que «todos los signos de cáncer en las muestras de tejido se eliminaron durante la cirugía.«
Amanda dijo que ya estaba mentalmente preparada para continuar con la quimioterapia y gastar una gran cantidad de dinero en sus tratamientos médicos.
Es por eso que cuando el médico le dio la buena noticia, dijo que «estaba tan feliz que era como sacar la lotería».