La reciente identificación de 400 veteranos de la guerra de Irak potencialmente expuestos a armas químicas ha atraído una atención renovada al papel fundamental del programa Equipo de exposición de veteranos-Resultados de salud de exposiciones militares (VET-HOME). Esta iniciativa, lanzada bajo la Ley PACT de 2022, ofrece atención especializada a los veteranos que sufren exposiciones ambientales militares, brindando evaluaciones esenciales de telesalud y planes de atención personalizados. Ese progreso ahora está amenazado.
Si se privatizara el Departamento de Asuntos de Veteranos (VA) según las políticas propuestas por el expresidente Donald Trump, programas como VET-HOME podrían desmantelarse, dejando a los veteranos sin la atención especializada que necesitan.
Durante la presidencia de Trump, el impulso de su administración para expandir la atención médica privada a través de la Ley de Misión VA generó una controversia significativa. Trump enmarcó la legislación como un aumento de las “opciones” para los veteranos, pero muchas organizaciones importantes de veteranos la vieron como un paso hacia la privatización. Temían que ampliar las opciones de atención privada desviaría recursos de las instalaciones del VA, socavando la calidad de la atención de la que dependen los veteranos. Esta tensión entre el deseo de tener más opciones y la necesidad de proteger la integridad de los servicios especializados del VA no ha hecho más que intensificarse con el tiempo.
La situación se ha complicado aún más con la reciente decisión del Tribunal Supremo de desmantelar”Cheurón deferencia”, que permitió a agencias federales como el VA interpretar leyes ambiguas dentro de su jurisdicción. El Cheurón La doctrina, establecida por el tribunal superior en 1984, facultaba al VA para implementar leyes complejas aprobadas por el Congreso, asegurando que los veteranos recibieran el apoyo que necesitaban. Con su eliminación, cada interpretación que haga el VA ahora está abierta a revisión judicial, creando un atolladero legal que podría retrasar o negar servicios esenciales a los veteranos.
Este cambio en el panorama legal plantea un grave riesgo para la capacidad del VA de funcionar eficazmente. El VA debe poder adaptarse a nuevos desafíos y tomar decisiones rápidas sobre la mejor manera de servir a los veteranos. Sin Cheurónel VA es vulnerable a una avalancha de desafíos legales que podrían perturbar sus operaciones y erosionar la calidad de la atención que brinda. Esta inestabilidad juega directamente en manos de los intereses privados de atención médica, que durante mucho tiempo han buscado privatizar el VA y obtener acceso a su sustancial presupuesto.
La posible privatización del VA tendría consecuencias devastadoras para los veteranos. El VA está diseñado específicamente para abordar las necesidades de atención médica únicas de quienes han servido, incluido el tratamiento de lesiones relacionadas con el combate, apoyo de salud mental y atención para afecciones como el trastorno de estrés postraumático y la exposición a sustancias tóxicas. Un sistema privatizado probablemente tendría dificultades para brindar el mismo nivel de atención especializada, dejando a muchos veteranos sin acceso a los servicios que necesitan.
Cualquier privatización del VA socavaría fundamentalmente la promesa que Estados Unidos ha hecho a sus veteranos. El VA es más que un simple proveedor de atención médica; es una comunidad y un sistema de apoyo para aquellos que se han sacrificado por nuestra nación. Privatizar el VA no sólo desmantelaría esta comunidad sino que también antepondría las ganancias al bienestar de los veteranos. Esta no es sólo una cuestión de política: es una cuestión moral. Se lo debemos a nuestros veteranos para asegurarnos de que reciban la mejor atención posible, no solo la atención que sea más rentable.
La Ley PACT, que ha ampliado la atención médica y los beneficios a millones de veteranos, es un testimonio de lo que puede lograr un VA bien financiado y administrado. Desde la aprobación de la ley, el VA ha lanzado la campaña de divulgación más grande de su historia, lo que resultó en que más de 740,000 veteranos se inscribieran en la atención médica del VA, un aumento del 33 por ciento en comparación con períodos anteriores. El VA también ha recibido más de 4,4 millones de solicitudes de beneficios de compensación por discapacidad en los últimos dos años fiscales, impulsadas por la ampliación de la elegibilidad para condiciones presuntas en virtud de la Ley PACT.
Los esfuerzos innovadores del VA para llegar a los veteranos a través de herramientas digitales, una campaña publicitaria nacional y miles de eventos comunitarios han dado sus frutos. La confianza en el VA ha alcanzado un máximo histórico de 80,2 por cientoun aumento significativo del 55 por ciento registrado en 2016. El compromiso del VA de brindar atención a los veteranos, en lugar de obligarlos a venir al VA, ha cambiado las reglas del juego, mejorando el acceso y reduciendo los tiempos de espera.
Sin embargo, todo este progreso ahora está en riesgo. Con el desmantelamiento de Cheurón deferencia, la capacidad del VA para interpretar e implementar leyes está amenazada. Si el VA pierde su autoridad para crear nuevas reglas, podría verse enredado en interminables batallas legales, dejando a los veteranos atrapados en el fuego cruzado de los esfuerzos de privatización y la parálisis regulatoria. Esta incertidumbre legal amenaza con deshacer el progreso logrado bajo la Ley PACT y podría llevar a que un VA ya no pueda satisfacer las necesidades de los veteranos para los que fue creado.
El futuro de la VA está en juego. Una segunda administración Trump, combinada con la pérdida de Cheurón deferencia, podría paralizar la capacidad del VA de servir a aquellos que se han sacrificado por nuestra nación. Debemos proteger al VA de la privatización y garantizar que siga siendo la piedra angular de la atención para quienes han prestado servicios. Hay demasiado en juego para hacer lo contrario. Nuestros veteranos no merecen menos.
Michael Embrich es un veterano, ex miembro del Comité Asesor sobre el Reajuste de los Veteranos del Secretario de Asuntos de Veteranos y ex miembro del personal del Congreso.