michael jackson Estaría feliz de saber que su antiguo chimpancé mascota, llamado Bubbles, está viviendo la buena vida como un primate anciano… según el santuario que lo acogió.
Patti Ragan, director del Centro para Grandes Simios, le dice a TMZ… Bubbles tiene mucha libertad en el santuario. ¡Es capaz de explorar túneles, construir un nido debajo de un árbol, tomar siestas diarias al mediodía y, en ocasiones, incluso pintar!
Bubbles, que ahora tiene 41 años, es examinado periódicamente por un veterinario y personal de cuidado… y pesa 180 libras. Por cierto, la esperanza de vida de un chimpancé en cautiverio es de entre 50 y 60 años.
Continúa describiendo a Bubbles como un chimpancé amigable que interactúa bien con los visitantes y otros animales… incluidos sus compañeros chimpancés Oopsie, Boma, Ripley, Kodua y Stryker. Se nos dice que Bubbles no muestra ningún signo de abuso en el pasado.
Aunque el santuario reproduce música y videos de MJ para los chimpancés… A Bubbles no parece gustarle la música de Michael más que ninguna otra. Entonces, a pesar de su vínculo alguna vez feroz, el cantante está desde hace mucho tiempo en el pasado de Bubbles.
Michael no pudo tener a Bubbles como mascota cuando el primate alcanzó la edad adulta… primero lo envió a un entrenador en 2003, antes de colocarlo en el santuario 2 años después.
Como informó anteriormente TMZ… miguel falleció 4 años después, el 25 de junio de 2009, por intoxicación aguda por propofol. Según Patti, el Centro para Grandes Simios no planea conmemorar el 15º aniversario de la muerte de Michael.
Michael Jackson Estate ha seguido cuidando a Bubbles después de la muerte de MJ… contribuyendo a su costo anual de atención, que asciende a alrededor de $27 mil al año. El club de fans de Michael también le envía a Bubbles varias delicias, incluidos cocos, mangos y mantas, en las que, según nos dicen, le gusta acurrucarse durante sus siestas.
El abogado de Michael y sus familiares han hecho un esfuerzo por visitar Bubbles en los últimos años… donde no han tenido más que dulces encuentros con el primate.
Un rayo de esperanza en una historia que de otro modo sería agridulce.