MADRID, 17 Dic. (CHANCE) –
Hace unos días nos enterábamos de que las cenizas de la gran Lucía Bosé ya descansan en el cementerio del pueblo segoviano de Brieva donde la artista vivió los últimos años de su vida. De esta forma, se celebraba un discreto entierro al que acudieron familiares y amigos muy cercanos. Un homenaje que, como no podía ser de otra manera, llevaba la característica principal de la recordada, el azul, ya que su tumba está pintada de este color.