La actriz Rashida Jones rindió homenaje a su difunto padre, el productor musical Quincy Jones, el jueves y escribió en las redes sociales que era un genio «cambiador de cultura».
Quincy Jones murió el domingo a los 91 años. Su familia dijo en un comunicado en ese momento que era “una pérdida increíble” y que buscarían “celebrar la gran vida que vivió y saber que nunca habrá otro como él”.
En las redes sociales el jueves, la hija de la leyenda de la música. escribió“Mi papá fue nocturno toda su vida adulta. Mantuvo ‘horas de jazz’ desde la escuela secundaria y nunca miró hacia atrás. Cuando era pequeña, me despertaba en medio de la noche para buscarlo. Sin duda, estaría en algún lugar de la casa, componiendo (a la vieja usanza, con bolígrafo y partituras). Nunca me enviaría de vuelta a la cama. Él sonreía y me llevaba a sus brazos mientras seguía trabajando… no había lugar más seguro en el mundo para mí”.
El Parques y recreación La estrella continuó diciendo que su padre “era un gigante. Un icono. Un cambiador de cultura. Un genio”, y agregó que los apodos eran “todas descripciones precisas de mi padre, pero su música (y TODO su trabajo) era un canal para su amor. Él ERA amor”.
Ella concluyó: “Él hacía que todos los que conocía se sintieran amados y vistos. Ese es su legado. Tuve la suerte de experimentar este amor de cerca. Extrañaré sus abrazos y besos y su devoción y consejos incondicionales. Papá, es un honor ser tu hija. Tu amor vive para siempre”.
Jones recibió el premio humanitario Jean Hersholt de la Academia Cinematográfica en 1995, el premio Grammy Legend en 1991 y 28 premios Grammy de las 80 nominaciones a las mejores de todos los tiempos. Se le entregaría un Oscar honorífico en los Premios del Gobernador el 17 de noviembre.
Sus 60 años de carrera incluyeron los álbumes más vendidos de Michael Jackson. Fuera de la pared, Suspense y Malo y el desarrollo de la adaptación de 1985 de Steven Spielberg de El color moradocon una joven Oprah Winfrey.
En su propio homenaje, Winfrey referido al productor como “Mi amado Q”, escribiendo que “Mi vida cambió para siempre para mejor después de conocerlo” y que “caminaba con el corazón bien abierto y trataba a todos como si fueran la persona más importante que había conocido”. . Él era la Luz. Sin sombras”.