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Tinariwen

“¿Comentario dit-on bonsoir en Allemand?”
Puede haber una barrera del idioma, pero aquí no hay fallas en la comunicación.
En una tormentosa noche de verano, la banda de blues del desierto Tinariwen establece instantáneamente un vínculo con su audiencia de Berlín.
Hay una conexión inmediata con esta multitud de Kreuzberg cuando el fundador Ibrahim Ag Alhabib, con rizos y bigote distintivos, se une a sus compañeros de banda en el escenario.
A pesar de la euforia de la multitud que ondeaba la bandera, es una actuación hábilmente medida de este colectivo tuareg resplandecientemente vestido. Los intrincados solos de guitarra eléctrica y acústica punteada se utilizan con moderación, y la interacción del público, con los miembros de la banda aventurándose a bailar con la multitud, nunca se exagera. Mientras que las voces principales y las partes de guitarra se intercambian, Ag Alhabib y Abdallah Ag Alhousseyni son en su mayor parte el centro del escenario.
La energía aumenta hasta que toda la sala, incluido el personal del bar y la seguridad del lugar, se involucra. Como era de esperar, dado el profundo amor de Berlín por un ritmo crudo y contundente, aquí proviene en su mayor parte de un tambor de mano de cúpula gigante en el fondo del escenario.
Es un conjunto palpitante que se monta en tempo, contrastando con el equilibrado y rítmico Amatssou, su noveno álbum, grabado con el productor Daniel Lanois (U2, Bob Dylan) y lanzado el mes pasado. En lanzamientos anteriores, Tinariwen ha colaborado con Josh Klinghoffer, Mark Lanegan y Kurt Vile, entre otros.
Los bises de Tinariwen son algo digno de contemplar, ya que la banda ofrece un final estridente que tiene a la multitud en éxtasis, comenzando con líneas de bajo maravillosas y cuasi disco y terminando con un tren fuera de control para terminar una noche sofocante.
Afuera, las nubes de tormenta se ciernen sobre Berlín. Nada comparado con el drama y los climas extremos del desierto del Sahara, por supuesto. Pero los relámpagos, los truenos y la lluvia torrencial del Storm Lambert del norte de Europa son suficientes para detener el autobús de gira de la banda. Los berlineses estarían encantados de que se quedaran quietos.
Próxima parada, Glastonbury.

Crédito de la imagen: Anne ten Brinke

Fuente

Written by Farandulero

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