Farandulero
En las notas de prensa del filme Steven Spielberg asegura que «la mayor parte de mis películas han sido un reflejo de cosas que me han pasado en mis años de formación. Cuando te involucras como cineasta en un proyecto, aunque sea con guion de otra persona, vas a volcar tu vida en celuloide, te gusta o no. Es algo que ocurre so s. Pero con ‘Los Fabelman’, lo importante no era la metfora, sino el recuerdo».
Es una pelcula en la que llevaba pensando mucho tiempo y que no concret hasta la llegada de la pandemia, quiz el aviso de que si esperaba ms quiz nunca la hiciese. A lo largo de 16 años de entrevistas intermitentes e intensas conversaciones con el dramaturgo y guionista Tony Kushner que Spielberg califica medio en broma de «terapia», las experiencias que marcaron su infancia se despertaron en ‘Los Fabelman’.
De ambos prrafos me quedo con «volcar tu vida», «el recuerdo», «intermitentes» y «terapia». Hay dos grandes diferencias entre este nada velado homenaje al cine que es ‘Los Fabelman’ y el de ‘Babylon’: Que Damien Chazelle tiene media vida por delante y mira hacia un pasado aleatorio que no conoce de primera mano. Lo hace con la enrgica juventud de un chaval del siglo XXI enamorado. Spielberg, por el contrario, es hombre encarando la última etapa de una vida de la que, simplemente, repasa los momentos que más la han marcado.
Volcar tu vida, el recuerdo… terapia. Spielberg puede hacer una pelicula por ser quien es, y por ser quien se puede hacer una pelicula sobre l. Uno de los grandes cineastas de toda la historia, recin salió además de una obra tan notable como lo era ‘West Side Story’, puede hacer lo que quiera. Y rara vez le saldr otro ‘Always (Para siempre)’ ni an insistiendo con secuelas en cualquier caso con momentos o escenas tan brillantes por las que pagar para ver en una sala de cine. Momentos. Escenas. Lo que me conduce a «intermitentes».
Spielberg ha desarrollado durante años esta película a través de quedadas «intermitentes», en lo que parece evidente algo como unas memorias. Como si sus películas y/o sacrosantas colaboraciones con John Williams no hablasen ya por l. El resultado vendra a ser un reflejo de todo esto: ‘Los Fabelman’ es una pelicula de Steven Spielberg, y por partes suma un numero incontable de momentos o escenas valiosas y poderosas. Pero en su conjunto se siente algo dispersa, demasiado discursiva e incluso accidentalmente elemental.
Todo ello teido por un halo de melancola, de lo que parece clara «morria» por parte de un cineasta que tambin es persona por ese maravilloso pasado siempre tan lejano para cualquiera que lo haya vivido. ‘Los Fabelman’, a diferencia de por ejemplo ‘Licorice Pizza’, carece de la energía y viveza juvenil que desprenda un Cooper Hoffman que parece dueo de vida. Aqu Gabriel LaBelle, el alter ego de Spielberg, est a expensas de los dems elementos y sobre todo, demasiado a expensas de adultos como el propio Spielberg.
No deja de ser como si Spielberg fuera su propio Pepito Grillo. Como si la película estuviera demasiado encauzada, o encorsetada por unos recuerdos deslavazados en torno a un ideal que, sesenta años después, ni el propio Spielberg tenía claro. ‘Los Fabelman’ es una colección de anécdotas y estampas con forma de películas rodadas por el Spielberg más contenido, en un evidente gesto de reconocimiento para lograrlo mismo. Una obra que no nace de la pasión, a menudo loca e incontenible como la de Chazelle y su ‘Babylon’.
O de la Paul T. Anderson y su ‘Licorice Pizza’, la ensoacin de una adolescencia contemplada como un sueo. Spielberg sin embargo le da a ‘Los Fabelman’ la apariencia del recuerdo de alguien que está mucho más cerca del final que del principio. Esa alegra por vivir se transforma en alegra por haber vivido, algo marcado adems por ser uno mismo quien lo relata. Y Spielberg puede hacer lo que quiera, que le quede bien, como ‘Los Fabelman’. Pero no lo suficiente como para hacer sombra a un legado mucho mayor, como el suyo.
Ni mucho menos para hablar mejor que dicho legado, toda vez que ha volcado en el celuloide al fro cineasta, y no a la clida persona dentro de una obra demasiado contenida y respetuosa para lograr mismo, su familia… y su legado.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
